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Circuito Paul Ricard

El emblemático templo de la velocidad

El templo de la velocidad

Lo primero que se divisa al aproximarse al circuito Paul Ricard, en la región francesa de Var, es la «Tour Chrono», una torre de cronometraje erigida en la entrada de la recta final. Es imposible no distinguir que la marca Richard Mille nos da la bienvenida. La torre se proyectó y construyó específicamente para conmemorar la colaboración entre la marca relojera y el circuito. Este panel constituye un elemento indispensable para una pista tan prestigiosa como el circuito Paul Ricard, pues permite a los espectadores seguir la clasificación vuelta a vuelta y vivir la carrera en directo.

La pista, creada en 1970 en Le Castellet, en el sudeste francés (departamento del Var), se convirtió desde un principio en escenario de enfrentamientos que han entrado en la historia del deporte. Grandes Premios de Fórmula 1, el Bol d’Or e innumerables pruebas mecánicas sobre cuatro o dos ruedas han dado forma a la leyenda del Circuito Paul Ricard. Un nuevo capítulo se abrió el 24 de junio de 2018, con el regreso a Francia del campeonato mundial de Fórmula 1.

«Es un placer colaborar con Richard Mille para demostrar nuestra pasión compartida por los valores de la tecnología, el espíritu pionero, la vanguardia y el automovilismo».

Stéphane Clair, director general del Circuito Paul Ricard

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«Al convertirse en socio oficial del Circuito Paul Ricard, Richard Mille prosigue su camino en el corazón de la pasión automovilística».

Relojes y coches

Apasionado tanto por la relojería como por los vehículos de competición, campos en los que predominan la tecnicidad, el rendimiento y la búsqueda de la ligereza llevados al extremo, Richard Mille ha querido vincular su nombre al Circuito Paul Ricard, como cronometrador oficial. La marca Richard Mille es visible en las inmediaciones de la pista, en las pantallas de vídeo y en la flota de vehículos del circuito, así como en el interior de los espacios que acogen al público, los medios de comunicación y los VIP.

También adorna la torre de cronometraje —cuyo diseño, imaginado y diseñado por los equipos de Richard Mille, es todo un éxito— que constituye un elemento indispensable para una pista de fama internacional como es el Circuito Paul Ricard, pues permite mostrar las clasificaciones y los tiempos de las vueltas en vivo, así como un directo de la carrera.

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